Entre el Atlántico y la sierra: guía para enamorarse de este rincón gallego
Si estás pensando en explorar la Costa da Morte, Carnota es una parada obligatoria. Este pequeño paraíso gallego combina playas infinitas, miradores de vértigo y un patrimonio tradicional único. En este post te cuento lo mejor que ver en Carnota para que no te dejes nada (y te enamores un poco, como me pasó a mí).
🏖️ 1. Playa de Carnota: 7 km de arena salvaje
Es una de las playas más largas de Galicia. Arena fina, dunas naturales, mar abierto y cero masificaciones. Ideal para perderse caminando, hacer fotos con marea baja o simplemente disfrutar del sonido del Atlántico.
📍 Tip: El mejor momento es al atardecer, cuando el sol se pone tras el Monte Pindo. Mágico.
🏛️ 2. Hórreo de Carnota: el más largo de Galicia
Este coloso de piedra y madera mide más de 34 metros. Está declarado Monumento Nacional y es uno de los símbolos de la arquitectura gallega. Justo al lado verás también la iglesia de Santa Comba y un cruceiro típico.
📷 Tip fotográfico: acércate al anochecer para una foto con el hórreo recortado sobre el cielo.
🌄 3. Mirador de A Moa (Monte Pindo)
Conocido como el «Olimpo celta», el Monte Pindo es una montaña sagrada llena de leyendas. Si te gusta el senderismo, la ruta hasta el mirador de A Moa te regala unas vistas espectaculares de la ría de Corcubión, Carnota y Fisterra.
🥾 Dificultad: media – requiere calzado adecuado y ganas de aventura.
💧 4. Fervenza do Ézaro (a pocos minutos)
Aunque técnicamente está en Dumbría, está tan cerca que merece la pena incluirla. La única cascada de Europa que desemboca directamente en el mar. De noche, a veces la iluminan, y el espectáculo es total.
🚗 A solo 15 min en coche desde Carnota.
🛶 5. Boca do Río: naturaleza en estado puro
Aquí se unen el río Vadebois con el mar, formando una laguna natural protegida. Puedes ver aves, caminar entre pasarelas de madera y desconectar de todo. Ideal para una mañana tranquila.
📍 Conclusión: ¿por qué ir a Carnota?
Carnota es Galicia en su forma más auténtica: naturaleza brava, tranquilidad absoluta y cultura que se respira en cada rincón. Ideal para escapadas de desconexión, para perderse sin prisas y reconectar con lo esencial.